
«Se olvidaron de mí, me dejaron aparte.
Y yo no sé quién soy
porque ninguno ha dicho mi nombre; porque nadie
me ha dado ser, mirándome.
Dentro de mí se pudre un acto, el único
que no conozco y no puedo cumplir
porque no basta a ello un par de manos.
(El otro es el espacio en que se siembra
o el aire en que se crece
o la piedra que hay que despedazar.) (…)»
“Monólogo en la celda”, Lívida luz (1961)
(…) “Soy yo. ¿Pero quién soy yo? Tu esposa, claro. Y ese título basta para distinguirme de los recuerdos del pasado, de los proyectos para el porvenir. Llevo una marca de propiedad y no obstante me miras con desconfianza. No estoy tejiendo una red para prenderte. No soy una mantis religiosa. Te agradezco que creas en semejante hipótesis. Pero es falsa (…)»
Rosario Castellanos, “Lección de cocina” en Álbum de familia, Joaquín Mortiz, 1971
Autorretrato
«Yo soy una señora: tratamiento
arduo de conseguir, en mi caso, y más útil
para alternar con los demás que un título
extendido a mi nombre en cualquier academia.
(…)»
Rosario Castellanos, «Autorretrato», en Contando estrellas, pp. 422-424