La dama boba (fragmento)
«Son treinta y nueve años.
Treinta y nueve años de nubes
y humo, y niebla,
llenando lo que quizá sea vida
en el limbo de la baba,
el caminar a tumbos,
la mano que pesa un aire desconocido,
los ojos que miran
la ceguera en la luz
y los colores más frenéticos.
Treinta y nueve años
de madre sufridora
con una hija que no vive,
ancho cadáver
que tiene hambre y tiene frío
y sexo, y lágrimas.
La hija
que sería una gran comodidad
verla vegetal, quieta,
florecida en la ventana, como un árbol tímido,
pero que lleva
sangre caliente bajo la piel,
y a veces encuentra al hombre y roba
su vivir animal,
una esquirla fugitiva de claridad dorada,
envenenada y turbia.
Treinta y nueve años.
Y al fondo
la miseria de siglos anunciándola.
Generaciones de hambre,
de manos, de voces
pidiendo, reclamando. Insuficiencia
de pan, justicia, libertad.
Resumen
de una raza que muere,
luz agotada,
con el monstruo, cerrando la puerta,
haciéndose
consecuencia.
Final del tercer acto.
¿Y qué hacer?
Han sido treinta y nueve años».
Vidre ferit de sang, (1977)
Traducción de Josep Carles Laínez