«Hace diez años, cuando escribí este relato ya me urgía que se conociera todo el horror de veinte años en las cárceles franquistas de mujeres; tenía la vana pretensión de que alguna editorial hiciera una edición “pirata”, pero las editoriales no hacían “piraterías” tratándose de una “cosa” de mujeres, decían que no “estaba el horno para bollos” y… así era. Pero por aquella época ya circulaban por el país libros-testimonios, denuncias, relatos y toda clase de escritos contra la dictadura. Se contaban las epopeyas de las cárceles masculinas y las heroicidades de sus protagonistas, se rompía el cerco de la censura y en la más negra clandestinidad se divulgaban acciones y sufrimientos protagonizados por los luchadores-hombres. Rara vez se hablaba o escribía sobre las heroicidades de las luchadoras-mujeres. (…)»
Desde la noche y la niebla, introducción (1978)