«Os que negan â muller
intelixencia e talento,
a millor contestaceon
cicais que fose o disprecio.
¿D’ ónde sacaron qu’ as almas
teñen com’ os corpos seuso?
Porqu’ as probes d’ as mulleres
nunca tiveron enseño
como os homes, qu’ eran tontas,
os homes tontos dixeron;
pois anqu’ algus qu’ eran sábeos
probar quixesen o mesmo,
soilo logran porbar
que n’ human’ entendemento
todo é falibre e que poden
os mais grandes teren erros.
Eu non me met’ a estudear
si tein húmido o cerebro,
nin cal é forma millor
pra ter as almas asentos
porqu’ eu as cousas non busco,
que soilo busco os efeutos.
Inda n-os tempos que foron
n-a noit’ escura d’ os tempos
perdidos, cicais brilaron
con luminosos refrexos
coma soles esprendentes
os femeniles talentos.
¿Quén foi Minerva? decí,
¿Porqu’ as cencias se puxeron
debaixo d´ o seu amparo
e lle queimaron incenso?
¿Quén foron as nov’ hirmás
Que tiveron tantos tempros,
e pr’ as qu’ ainda’ os poetas
erguen altares n-o peito?
Mulleres foron sen duda
de crarísemo talento
á quês diviñizaría
a ademiraceón y-o tempo.
Y-est’ é unha crara sinal
de qu’ as mulleres tiveron
sempre autitú pr’ o saber
e demostraron inxenio.
Centos de mulleres sábeas
pódense poñer d’ exempro
de que nunca Dios negou
â muller entendemento.»
Filomena Dato Muruais, Defensa d’as mulleres (fragmento)
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«Los que niegan a la mujer
inteligencia y talento,
la mejor contestación
quizás fuese el desprecio.
¿De dónde sacaron que las almas
tienen como los cuerpos sexo?
Porque las pobres de las mujeres
nunca tuvieron ingenio
como los hombres, que eran tontas,
los hombres tontos dijeron;
pues aunque algunos que eran sabios
probar quisiesen lo mismo,
sólo logran probar
que e humano entendimiento
todo es falible y que pueden
los más grandes tener errores.
Yo no me meto a estudiar
si tiene húmedo el cerebro,
ni cuál es forma mejor
para tener las almas asientos
porque yo las cosas no busco,
que sólo busco los efectos.
Aunque en los tiempos que fueron
en la noche oscura de los tiempos
perdidos, quizás brillaron
con luminosos reflejos
como soles resplandecientes
los femeninos talentos.
¿Quién fue Minerva? Decid,
¿Por qué las ciencias se pusieron
bajo su amparo
y le quemaron incienso?
¿Quiénes fueron las nuevas hermanas
que tuvieron tantos templos,
y para las que aún los poetas
yerguen altares en el pecho?
Mujeres fueron sin duda
de clarísimo talento
a quienes divinizaría
la admiración y el tiempo.
Y ésta es una clara señal
de que las mujeres tuvieron
siempre actitud para el saber
y demostraron ingenio.
Cientos de mujeres sabias
puédense poner de ejemplo
de que nunca Dios negó
a la mujer entendimiento.»
Filomena Dato Muruais, Defensa de las mujeres (fragmento)