«-¿Qué te pide el cuerpo?…. ¡Jesús, dulce Jesús! ¿Qué lenguaje es ese, niña? Lo que el cuerpo te está pidiendo son unos azotes, que te vas a llevar por desobediente. Si no quieres hacer encaje, repasarás calcetines. Trae el cesto de la ropa y siéntate aquí a mi lado.
Pero coser calcetines tampoco agradaba a Lena. Ni coser calcetines, ni hacer encaje, ni repasar la ropa, ni hacer vainica… Todo lo que la obligase a estar quieta, a fijar la atención, le excitaba los nervios, levantando un revuelo de sus mariposas negras […]».
Nosotros, Los Rivero (1953)
(…) “Cuando Irene Gal se encuentra ante un grupo de cincuenta y seis muchachos y muchachas de todas las edades, que la miran con curiosidad, siente deseos de llorar.(…)»
Dolores Medio, Diario de una maestra, Destino, 1961, (comienzo).