«Cuando apareció en las librerías la Antología Poética que me publicó Joaquín Mortiz y me trajeron al sanatorio las reseñas, comprendí que mi vida estaba llena de estímulos y me dieron ganas de vivir.(…)»
Concha Méndez: memorias habladas, memorias armadas. Madrid, Mondadori, 1990 (Pág. 142-143)